Esa mujer duerme

¡ Ay! Si la primavera
consintiera en visitarme.
Si mi corazón fuera rayo y,
mis piernas cuarzos pálidos,
confiables.
¡Ay! Si la soledad
doliera menos
y la piel manchada
de pecado,
lo ansiara y provocara.
lo ansiara y provocara.
ni riza mi boca al deseo.
Mansa, relicario, misal,
esta mujer duerme
un sueño blanco e importuno.
Cae la última gota de rocío
entre mis pechos sosegados,
sobre mis labios pálidos,
en mis muñecas finas,
por el vientre blando
que, ayer, enamorado,
abría banderas
y entonaba himnos.
Etiquetas: Poema
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home