Cerca del Nirvana
El hombre y la mujer, sentados uno al lado del otro en las gradas altas del parque, no se miran, no se rozan más que los hombros cuando se mueven. Y, fijándose bien casi no tienen otro movimiento que el de la respiración y los labios.
Estoy sentada muy cerca de ellos pero no me perciben. Me da cierto prurito mi puesto casual de observadora
Estoy sentada muy cerca de ellos pero no me perciben. Me da cierto prurito mi puesto casual de observadora
- ¿Sabés?- dice él.- en estos momentos tengo una sensación muy especial y excitante una mezcla deliciosa de sexualidad intensa y de ternura finísima, sin saber qué predomina más.-
La sonrisa le estalló a ella en el pecho. Él con la misma calma, prosigue
- Es una mezcla sosegada, una emoción serena muy relajante que me llena el alma y también mi cuerpo. Me gusta ser tu amante… Dios, simplemente te amo.-
Miro a un lado y al otro, los pájaros revolotean entre los árboles. El otoño se ha hecho primavera.
Miro a un lado y al otro, los pájaros revolotean entre los árboles. El otoño se ha hecho primavera.
Etiquetas: Cuento breve
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